No crean que veo videos porno a pesar de encontrar que sean negativos por la idea de que la transgresión los hacen más excitantes, gracias.
Consumo pornografía bien seguido, si lo pienso, casi a diario, es por decirlo la parte picante de mi a veces, monótona vida, que se reparte entre el trabajo y la forma actual de existir gracias a la pandemia.
La pornografía es para mí a lo que los juguetes para adultos son para quienes los usan diariamente, una especie de catalizador de felicidad casi instantánea y lamentablemente, efímera. Uso la pornografía para masturbarme y durante la tarea me lo paso de maravilla.
Mis fetiches y fantasías sexuales Kinky son de mis temáticas preferidas para ver en video, ojalá que sean bien amateurs y sucios, la parafernalia hollywoodense y blonda no van conmigo. Soy de quiénes nos gusta los videos pixelados y desenfocados por sobre el HD.
Todo esto no quiere decir que esté orgulloso al respecto, y no me mal entienda señor/a lector/a, tampoco estoy avergonzado ni mucho menos, sólo dejo claro qué y cómo consumo videos pornográficos, que seguro deben existir un montón de razones y formas que es bueno aclarar para dar un poco de contexto al asunto.
Pero de todo lo escrito creo que no se deja entre ver lo que creo negativo respecto a ver estos videos, y por eso vamos a ello.
Pornografía Negativa.
Así como habemos muchas personas consumiendo porno de forma periódica para tener «a la mano» 🙂 un catalizador de felicidad instantánea y efímera, hay otros que el porno es su mundo o realidad.
Para quienes rondamos los 40, en la adolescencia el consumo de pornografía no fue alto, principalmente porque en aquellos tiempos el porno era realmente algo transgresor y poco accesible. Las revistas y videos casi que se traficaban, era material mítico el cual por su dificultad se podía consumir poco y muy a escondidas.
Hoy al contrario, el acceso casi libre a la información que nos da internet, hacen que la pornografía esté a un par de clicks de distancia, algo positivo y negativo a la vez.
Piensen en los actuales pre y adolescentes los cuales no inician su vida sexual, que van por la vida pensando en sexo y casi solamente en ello. A eso sumémosle la poca y mala educación sexual que se les entrega en los colegios y lo solitarios que tienden a estar debido a los ajetreos de la vida que deben enfrentar sus padres.
Según mi opinión, la ecuación es perfecta para dar como resultado una persona que tiene totalmente trastocada su sexualidad. Esto debido a que su reflejo y ejemplo fue el primer video porno que se le cruzó por la pantalla de su computador, fue la imagen del tipo que «forzaba» a la mujer a tener sexo, o la mujer voluminosa y complaciente que debe estar dispuesta siempre -aunque al principio se niegue- a tener sexo.
La pornografía como al final todo en la vida, debe ser consumida de forma crítica y responsable, alejándola de la realidad que existe o existirá con tu futura pareja. El porno es un espejismo en el desierto sexual de quiénes están todavía formándose, la pornografía es entretenimiento para adultos, y creo que nunca para quienes todavía no tienen el criterio formado.
Conclusión.
Quería reflexionar de forma sincera respecto al consumo de pornografía, buscando como siempre entregar un punto de vista personal. Teniendo en cuenta que soy un simple mortal que gusta de escribir sobre temas de sexualidad kink, y que busca que ojalá le guste el contenido a quienes visiten el BlogyFornication
Y tú, amig@ que consumes o no pornografía ¿qué opinas? interactuemos en los comentarios.
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